domingo, diciembre 02, 2007

intimidades

Hace no mucho tiempo me comentaba una persona de esas que conoce mi jeta en directo y el horrible aspecto que realmente tengo cuando se me soporta en 3D, que le sorprendía que nunca había dicho nada sobre su persona, ni nada de lo que nos había pasado.
Asuntos de ego, ya sabéis.
En fin, que se "quejaba" porque decía que después del tiempo que nos conocíamos y más de dos años de blog que no había sido ni para contar algo, aunque fuera de manera indirecta.
Y claro, pues a uno, que es sarcástico, un poco rarito y con mucha mala leche, no dejó de hacerle gracia. Más allá del asunto del ego de dicha persona (ains, ¡pero como nos gusta mirarnos el ombligo a todos!), fue por algo tan tonto como ¿cuál sería el motivo para hacerlo?
Tengo un blog, sí. ¿Cuento alguna que otra cosa sobre mí en él? Pues como que también, que mi imaginación no es tan grande como para generar semejante cantidad de verborrea dialéctica de la nada.
Ahora sí, entre eso y poner lo que me pasa así, en plano y sin censura / maquillaje /camuflaje / rodeado de mentiras / reinterpretaciones / hipérboles, pues como que no. Oiga mire, que es que resulta que mi vida la considero mía y exponerla a un número indeterminado de ojos sin control, pues como que no es lo mío. Si lo fuera me hago famosete, se lo vendo a la prensa rosa y me forro, por el mismo esfuerzo.

En la creación del blog he intentado compensar la verdad con la ficción y el sarcasmo con alguna que otra cosa más o menos seria (vale, esto no está compensado, el sarcasmo gana por goleada). He intentado escribir alguna que otra cosilla cercana a intentos de pseudoliteratura en plan relatillo que aparecen espontáneamente en mi cabeza.
Mi vida privada la he dejado aparte. Las cosas reales, lo que me trastoca el sueño (si es que eso es posible de alguna manera) y todas esas cosas, pues como que lo dejo para los ambientes adecuados, que vienen siendo mis amigos, las teterías de Liverpool, las escaleras de casas en Glasgow, las playas de Crosby, "el calvo", el ático de st albans, las aceras del paseo de la Castellana y los bancos cercanos a plaza de Castilla.

Así están las cosas.

Nota: Si que había algo de la persona que se quejó en el blog, pero como experiencia está camuflada, como tantas otras cosas. Ya he dicho que no puedo inventarme todo de la nada.

2 comentarios:

Hairanakh dijo...

¡Qué tiempos aquellos en los que los lugares adecuados incluían mesas llenas de osciloscopios!

(Mi ego, que yo lo tengo más grande -ande o no ande-, se alegra de que menciones lo del aburrimiento...).

Gummy dijo...

Los osciloscopios ya no forman parte de mi vida, es lo que tiene.