lunes, agosto 15, 2005

Planteando un cambio

Estoy pensando en cruzarme a la otra acera.
Hace ya algún tiempo, una amiga me dijo que yo tendría mucho éxito entre los homosexuales. Todavía no sé si eso era un piropo o no, ni cómo tomármelo. Cuándo se lo pregunté, me dijo que sólo era una impresión que tenía, que no lo había dicho con ningún tipo de intención (ya claro, y me lo tengo que creer).
El caso es que no le di mucha importancia a aquella afirmación, más allá de "¿por qué no con las mujeres? Mierda". Si hubiera dado ya marketing por aquellos entonces hubiera exigido la presencia del director de la estategia y que se hiciera el seppuku delante de mí, por haber sido tan imbécil de equivocar el público objetivo. Lo siguiente, según saliera del despacho, hubiera sido ordenar volar la parte del aparcamiento de los trabajadores de ese departamento, con ellos dentro de los coches, preferiblemente, aunque no me iba a poner puntilloso con los detalles.
El caso es que ha pasado el tiempo y ahora ya no tengo ninguna teoría válida sobre las relaciones con las mujeres (todas hacen aguas por uno u otro lado). Poco a poco me las han desmontado todas, de hecho, estoy pensando en escribir el libro "Mil y una formas de acabar con una relación" subtitulado "Todas contradictorias, pero sorprendentemente justificables".
Pues uniendo eso con la dificultad para encontrar una mujer a la que mis cualidades (todas ellas, o una, al menos) le resulten irresistibles, me está haciendo plantearme el futuro de mis relaciones. Se me ocurre que el cambio de acera no es una posibilidad que pueda descartar tan deprisa. Todo es cuestión de mirarlo con perspectiva: No tendría que volverme a preocupar por que mi pareja llegara con la frase "no sé si estoy embarazada"; se acabaron "esos días" del mes; se acabó esa discusión porque toca, quieras o no; no tener que preocuparme más por si finge los orgasmos; poder volver a jugar a ver quién mea más lejos; saber cómo funciona el cuerpo de mi pareja sin problemas; saber que su complejidad cerebral es parecida a la mía (casi nula); y demás ventajas que no sé.
Así que, ya que tengo la campaña de imagen hecha y podría funcionar, diversifiquemos el mercado, a ver si aumentan los beneficios de manera espectacular.
Decidido: me hago gay en cuanto consiga
- distinguir un chico guapo de uno que no lo es
- verle la gracia a un cuerpo lleno de pelos y sin curvas
- emocionarme por el físico de los futbolistas
- que mi cuello no se gire cuando me cruce con una chica por la calle
- dejar de verle la gracia a las mujeres
- que no me guste cómo huelen las mujeres
- no quitar la ropa con la mente a las chicas por la calle
- ser capaz de opinar de un vestido sin que esté con alguien dentro
- ver a una chica guapa y mantener mi línea de pensamiento
- que las mujeres me emocionen menos de lo que me sacan de quicio
- imaginar un mundo sin mujeres
- y, sobre todo, dejar de ser hetero

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Es decir, nunca. (Demasiadas condiciones).
De todos modos te dejo una pregunta en el aire:¿por qué un chico va a gustar más a los hombres gays que a las mujeres hetero? No tendría por qué, porq en el fondo buscan lo mismo, no?

Hairanakh dijo...

Has tenido toda la vida para pasarte a la otra acera. ¿Y tiene que ser ahora?
...........
(¿precisamente AHORA?)

Gummy dijo...

Inma, no lo sé, la frase no es mía, pregúntale a ellas.
Hairanakh, todavía queda tiempo, lo de las condiciones va chungo.