miércoles, agosto 17, 2005

Por la boca muere el pez

Y la mía es enorme.
Porque hablar y pensar no es lo mismo.
Dado que mi capacidad de pensar es nula y cuando lo hago, ya se sabe, estoy pensando en callarme para siempre. Vaaale, esto me resultaría muy difícil, pero es que cada vez las cosas van a peor.
Creo que me voy a comprar una grabadora del estilo que llevan los periodistas, para primero hablar a la grabadora, revovinar y escuchar lo que digo y, si me parece que es decente, reproducirlo para el resto de mortales de mi alrededor. No sé si servirá para algo, pero al menos es intentar algo nuevo. Otra opción es usar a un amigo para eso, pero el problema es que, en ese caso, lo de las citas se me antoja algo complicado o, cuando menos, incómodo.
Pues nada, a ver si voy aprendiendo.

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