Allí se encontraba otra vez. Justo en el borde y los dedos de los pies colgando en el vacío, con el aire pasando entre ellos, unidos al resto del cuerpo evitando que se caigan. Estaba de nuevo en el borde del precipicio, de su precipicio.
Ya no recordaba la primera vez que había ido ni como llegó a ese lugar. Sólo sabía que se había acostumbrado a ir allí, que lo necesitaba para seguir vivo, que sin eso no era él mismo.
Otra vez volvía a sentir la adrenalina correr por sus venas, haciendo latir fuertemente las sienes.
De nuevo volvía a sentirse paralizado, mirando hacia abajo, como los pelos del cuerpo se le iban erizando y algo le recorría la columna vertebral.
En su cabeza flotando la frase "la gente que tiene vértigo es debido a que realmente les llama la idea de caer, les atrae".
Ahí se encontraba, viendo como su cabeza se vaciaba de pensamientos, quedando únicamente las sensaciones de sí mismo.
Una vez vacío completamente de pensamientos, cerró los ojos, respiró y volvió a decirse "es mi vida, la que elijo, la que yo decido, la que quiero".
Volvió a abrir los ojos, se dio la vuelta y se tomó el camino de vuelta a casa. Volvía a ser él mismo, tras enfrentarse con el miedo y liberarse de lo superfluo. Ya tenía fuerzas para cambiar el mundo, de nuevo.
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