Se que no escribo ultimamente.
Quiza es porque ya no tengo nada que contar.
Empece el blog teniendo millones de cosas que gritar a los cuatro vientos, quejas, reflexiones, ilusiones, planes, teorias, canciones y anecdotas.
Ahora, quiza con el temple que da el tiempo, quiza con el caer de la lluvia sea invierno o verano, quiza con las pintas de ale en mi mano ya no me queda nada que gritar.
Planes, viajes, encuentros, ilusiones sobre puentes que cruzar, colinas que subir, tranvias que coger, papeles que rellenar y entrevistas a las que acudir nervioso con corbata nueva. Ahora solo tengo manejos de secretos que contarte, tranquilo, delante de una cerveza, en una terraza cerca de unos pasos a nivel del canal mayor de la isla. Ojos cerrados dejando que el sol me caliente la cara. El casco a mis pies y las botas en la mochila.
Asi como mis ojos cambian de verdes a marrones y no me canso de escuchar aquello de "verdes" o "marrones" dicho de la manera adecuada, quiza siga teniendo cosas que contar, pero puede que ya no sea aqui, puede que no sea de esta manera o puede, simplemente, que mi animo este bien distante del que es necesario para arrancar la inspiracion de mis dedos.
Pero no te preocupes, como siempre ha sido, solo es que soy yo.
miércoles, julio 29, 2009
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